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Arquímedes en la pantalla: ¿científico, héroe?


Miguel Dávila Vargas-Machuca

UJA / Grupo PAIDI UCA Hum-1026 “Imagen y Memoria”.




Breve biografía.

Doctor en Historia y Cine (Universidad de Granada, España) y miembro del Grupo de Investigación HUM-1026 “Imagen y Memoria: miradas transversales entre la Historia y los Medios Audiovisuales” (Universidad de Cádiz, España). Actividad investigadora centrada en las relaciones entre cine e historia, especialmente sobre Antigüedad e Historia Contemporánea. Participante en cursos, simposios, jornadas, seminarios y congresos nacionales e internacionales. Autor de artículos en revistas especializadas y capítulos de monografías colectivas publicadas en varios países. Coordinador o director de ciclos de cine en instituciones nacionales e internacionales y colaborador en magazines y programas culturales relacionados con el cine.

 



Resumen.

Arquímedes es considerado como uno de los mayores científicos de todos los tiempos, de gran influencia posterior, y a quien se le atribuyen avances increíbles para su época. A pesar de su importancia, ha aparecido poco en los medios audiovisuales, en muchas ocasiones de manera tangencial o referencial. En las escasas oportunidades en las que ha tenido cierto peso argumental, su realidad histórica se ha diluido para acercarse a facetas más fantásticas, dejando entrever al científico y al inventor, pero también a un héroe e incluso a un personaje adelantado a su tiempo.

 



Palabras clave.

Arquímedes, Antigüedad, Biografía, Biopic, Ciencia, Cine, Historia, Medios Audiovisuales, Televisión.

 



El personaje histórico.

Arquímedes de Siracusa es una figura capital de la historia de la humanidad, un científico sobresaliente en campos como matemáticas, física y astronomía. Sus avances, logros e inventos, extraordinarios y sorprendentes para los medios de que disponía en su época (el siglo III a.n.e.), han ido difundiéndose a lo largo del tiempo, generando una influencia posterior sin la que la ciencia humana quizá habría evolucionado de una forma más lenta o muy diferente a como la conocemos en nuestros días.

No hay muchos datos biográficos disponibles sobre él, siendo la mayoría bastante posteriores y provenientes de autores romanos o bizantinos. En cualquier caso, las fuentes sitúan su nacimiento en la ciudad griega de Siracusa hacia el 287 a.n.e., y sería el hijo de un astrónomo llamado Fidias, emparentado con el soberano helenístico de la ciudad, Hierón II. Estudió en Alejandría, donde coincidió con Conón de Samos y Eratóstenes de Cirene, y allí desarrolló sus investigaciones matemáticas, como la propuesta del cálculo infinitesimal y las integrales, o la aplicación del método exhaustivo para aproximarse a las dimensiones de diversas formas geométricas, lo que le llevó a un cálculo muy preciso del número pi.

Realizó numerosos avances en física con aplicación práctica en diversas máquinas y artefactos. Por ejemplo, en hidrostática protagonizó el conocido episodio del cálculo de la densidad de oro en una corona construida para Hierón II, que ha pasado a la posteridad como el principio de Arquímedes y del cual deriva su famosa expresión “¡Eureka!” (“¡lo encontré!”). También desarrolló la palanca, dando lugar a otra de las famosas frases que se le atribuyen: “Denme un punto de apoyo y moveré el mundo”. Igualmente diseñó un tornillo sin fin que aplicó en ingeniería agrícola y militar, conocido como tornillo de Arquímedes. Y se le atribuye también la construcción de complicados instrumentos para estudios astronómicos.

Sus avances y perfeccionamientos en materia militar fueron fundamentales durante al asedio de Siracusa (214-212 a.n.e.), en el marco de la Segunda Guerra Púnica. Para hacer frente a las tropas romanas mejoró las fortificaciones de la ciudad, además de crear y desarrollar diversas máquinas de guerra, como catapultas, grúas, poleas o ganchos (Connolly 2016: 300). Conocidos son también sus famosos espejos ustorios, que aprovechaban el poder calorífico de la luz solar y sirvieron para incendiar la flota romana. Arquímedes murió cuando la ciudad fue tomada por los romanos en 212 a.n.e., aunque el general Marco Claudio Marcelo había dado órdenes de capturarle para aprovechar su inteligencia y ponerla al servicio de la República de Roma. El hecho no está claro y ha sido bastante mitificado por las fuentes antiguas principales[1], algunas de las cuales apuntan a que murió a manos de un soldado romano mientras continuaba absorto en sus cálculos.

Su amplio legado científico le ha llevado a ser considerado como una de las mentes más grandes de la historia y un personaje muy adelantado a su tiempo. No es casualidad por tanto que su nombre haya servido para identificar un cráter lunar, un asteroide, submarinos y otros barcos, programas educativos, aplicaciones informáticas e incluso fósiles.

 

Referencias en la pantalla.

A pesar de su importancia, Arquímedes ha recibido un trato bastante escaso en los distintos medios audiovisuales. Aparece en diferentes obras de divulgación o documentales, pudiendo destacarse la serie de animación francesa Érase una vez… los inventores (Il était une fois... les découvreurs, 1994), creada por Albert Barillé. En su capítulo 2, “Arquímedes y los griegos” (“Archimède et les Grecs”), se narra su llegada a Siracusa tras haberse formado con Euclides en Alejandría, además de recrear sus descubrimientos o inventos como el principio con la corona de oro (incluyendo su famoso “¡Eureka!” o su legendaria carrera desnudo tras hallar la solución), la palanca, el tornillo o las diversas máquinas de guerra para resistir el asedio romano, siendo interesante una frase pronunciada por él que demuestra su humanidad frente a la necesidad: “Yo, que tanto amaba la felicidad del hombre, en el crepúsculo de mi vida estoy preparando la guerra”[2]. La narración finaliza con su muerte a manos de un soldado romano.

Sin necesidad de ser retratado, en ocasiones el cine se ha referido a Arquímedes o a sus logros de modo más o menos directo. Por ejemplo, en el largometraje estadounidense Pi, fe en el caos (Pi, 1998), ópera prima de Darren Aronofsky, el mentor del protagonista intenta que este abandone su obsesión por el trabajo mencionando a Aquímedes. O la película española El principio de Arquímedes (dir. Gerardo Herrero, 2004), cuyo título sirve de metáfora de los cambios en temas laborales y de pareja que muestra el argumento. En la japonesa The Great War of Archimedes (Arukimedesu no taisen; dir. Takashi Yamazaki, 2019) un matemático hace cálculos basados en los logros del griego para destapar una conspiración en la construcción de barcos japoneses para la Segunda Guerra Mundial.

En otras ocasiones algún personaje simplemente adopta su nombre, normalmente para demostrar una inteligencia y cultura mayor de lo normal. Por ejemplo, en la comedia francesa Arquímedes, el vagabundo (Archimède, le clochard; dir. Gilles Grangier, 1959) el protagonista, un vagabundo culto y de origen de clase alta interpretado por Jean Gabin, adopta el nombre del científico como seudónimo. O en la película animada de la Disney Merlín el encantador (The Sword in the Stone; dir. Wolfgang Reitherman, 1963), en la cual el inteligente búho parlante que acompaña al mago Merlín toma el nombre del griego.

Arquímedes aparece también en contextos fantásticos alejados de su realidad histórica. Desde una perspectiva cómico-deportiva el genial grupo Monty Python recurrió a su figura en el sketch “The Philosophers Football Match”, que formó parte con el nombre alemán de “Internationale Philosophie” del segundo capítulo de Monty Python’s Fliegender Zirkus (1972), la miniserie de dos capítulos de la productora de la República Federal Alemana WDR, que recogía la fórmula de su serie para la BBC Monty Python’s Flying Circus (1969-1974)[3]. El sketch era una retransmisión idealizada de la final en la competición de fútbol de la XX Olimpiada Moderna Munich 1972, pero entre las selecciones de ilustres filósofos de Alemania[4] y la antigua Grecia. Arquímedes, cuya alineación es considerada una sorpresa por el locutor, será el revulsivo del partido en el último minuto cuando grite su famoso “¡Eureka!” e inicie la jugada culminante, que finaliza con su propia asistencia para que Sócrates marque el gol (cómo no, de cabeza) que da la victoria a Grecia.



Imagen 1: Captura de pantalla de Monty Python’s Fliegender Zirkus [1972, WDR, Python (Monty) Pictures, Bavaria Film].

Y desde una perspectiva fantástica también aparece fugazmente en la miniserie británico-estadounidense Los viajes de Gulliver (Gulliver’s Travels; dir. Charles Sturridge, 1996), que adapta con ciertas libertades el relato homónimo de Jonathan Swift publicado en 1726. Arquímedes (interpretado por Sylvester Morand) es aquí un espíritu célebre invocado por el mago de la isla Glubbdubdrib.

Aparte quedan diversos ejemplos en los que algún personaje coincide con el nombre de Arquímedes o bien se alude a él, pero sin una intención clara de identificarse con su figura.

 

Científico y héroe histórico: Cabiria (1914).

El científico griego cuenta con muy pocas representaciones audiovisuales en su contexto histórico. La primera corresponde a la película italiana Cabiria (dir. Giovanni Pastrone, 1914), la mayor superproducción del cine mundial hasta su momento, de gran influencia en el cine histórico posterior (Solomon 2002: 65) y el más destacado y espectacular ejemplo del kolossal. Esta corriente del cine italiano de los inicios del siglo XX reunió ambiciosas recreaciones históricas que sirvieron de referencia identitaria para el imaginario popular de una Italia aún muy joven, además de aportar grandes avances narrativos y de puesta en escena para el cine, desarrollando una tridimensionalidad que superaba la teatralidad y estatismo de las producciones anteriores. Su trama, ambientada en la Segunda Guerra Púnica (218-201 a.n.e.), mezcla hechos históricos reflejados por las fuentes clásicas con una trama ficticia apoyada en algunas novelas históricas, como Salambó (Salammbô, Gustave Flaubert, 1862) y Cartago en llamas (Cartagine in fiamme, Emilio Salgari, 1908).

Imagen 2: Captura de pantalla de Cabiria (1914, Itala Film).

Arquímedes es uno de los personajes secundarios de base histórica y fue interpretado por el entonces ya veterano actor italiano Enrico Gemelli. Su aparición tiene lugar durante algunos minutos en la secuencia que recrea el asedio de Siracusa, centrada precisamente en la creación de sus espejos ustorios y su uso para incendiar la flota romana. Pueden apreciarse entonces el gran esfuerzo de producción y los enormes avances técnicos de la película de Pastrone, en especial las soluciones desarrolladas por el turolense Segundo de Chomón, una de las figuras técnicas más importantes de las primeras décadas del cine. A él se deben avances en la luz artificial dirigida, diversos trucajes y efectos pirotécnicos muy cuidados, así como el desarrollo del carrello, un pionero carrito con ruedas que le permitió rodar los primeros travellings conscientes y premeditados de la historia del cine.

 

Imagen 3: Captura de pantalla de Cabiria (1914, Itala Film).

La maestría de Chomón es patente por ejemplo en la escena en el estudio de Arquímedes, con un ligero travelling que acerca la cámara a la figura del científico mientras realiza un diseño en un pergamino extendido en el suelo, seguido de un efecto pirotécnico cuando prueba un modelo a pequeña escala de sus espejos. En las murallas siracusanas, Arquímedes aparece realizando cálculos hasta que se desvela su modelo a gran escala de los espejos, cuyo poder destructivo sobre las naves romanas es recreado con gran pericia por los efectos visuales, pirotécnicos y de animación de maquetas realizados por Chomón. El breve retrato del científico griego en esta cinta de 1914, acorde con las fuentes históricas, le muestra como el héroe salvador de la ciudad de Siracusa al destruir con sus ingenios la flota romana, pero no desarrolla más su devenir, sino que sirve como apoyo de la trama ficticia principal.

 

Científico y ¿héroe histórico?: La batalla de Siracusa (1960).

Si en Cabiria Arquímedes era un personaje secundario, la siguiente ocasión en que aparece contextualizado en su momento histórico es muy diferente. Se trata de la coproducción franco-italiana La batalla de Siracusa (L’assedio di Siracusa / Archimede, 1960), dirigida por Pietro Francisci, cineasta que ya había ambientado varias cintas en el mundo antiguo, sentando las bases del péplum italiano con las dos precedentes a esta, Hércules (Le fatiche di Ercole, 1958) y Hércules y la reina de Lidia (Ercole e la Regina di Lidia, 1959) (Lapeña Marchena 2012a: 63). Aunque esta película de 1960 pueda considerarse histórica, muestra numerosos elementos ficticios y un planteamiento cronológico bastante libre, compartiendo con Cabiria aspectos como la ambientación en la Segunda Guerra Púnica o la mezcla de hechos y personajes históricos con otros ficticios (Lapeña Marchena 2012a: 61). Pero esta vez Arquímedes, interpretado por el italiano Rossano Brazzi, no es un personaje histórico que apoya la trama ficticia principal, sino que precisamente se erige en protagonista principal. A pesar de que se parte de algunos datos relejados en las fuentes, lo histórico se va diluyendo paulatinamente, mientras la ficción va adquiriendo mayor importancia y se suceden diversas licencias cronológicas, históricas o artísticas para ir apuntalando la intencionalidad principal de entretenimiento y comercial de la película, más preocupada en las escenas espectaculares y en una gran historia de amor (Lapeña Marchena 2012b: 82), un romance ficticio con tintes trágicos.

Imagen 4: Captura de pantalla de L’assedio di Siracusa / Archimede (1960, Glomer Film, Galatea Film, Societé Cinématographique Lyre).

El personaje de Arquímedes se adecúa así a las convenciones del péplum italiano, más cercano al género de aventuras o de acción, apoyándose en un contexto histórico de manera imaginativa y fantasiosa. Aquí se parece más a un héroe típico de este tipo de películas, por ejemplo sustituyendo su representación típica de hombre anciano y barbudo (como ocurría en Cabiria) por alguien mucho más joven (Prieto Arciniega 2004: 91), un galán maduro (De España 2009: 232) que ronda los 40 años de edad y va siempre bien rasurado.

Su presencia comienza cuando es llamado por el rey Hierón II de Siracusa para que ponga su mente privilegiada al servicio de la ciudad en el contexto de la Segunda Guerra Púnica tras comprobar la creciente amenaza del poderío marítimo de Roma. En una secuencia en su retiro rural el científico prueba un prototipo de sus espejos ustorios y por error quema parte del ropaje de la bella bailarina Artemide (encarnada por la estadounidense Tina Louise). Esta situación le hace pronunciar su “¡Eureka!” al reconocer un error de cálculo, algo que no concuerda con las fuentes, que remiten a su principio hidrostático. Pero este encuentro introduce una faceta suya más allá del científico, la de hombre súbita y profundamente enamorado de esta bailarina, tal como refleja el algo pueril diálogo entre ambos.

Imagen 5: Captura de pantalla de L’assedio di Siracusa / Archimede (1960, Glomer Film, Galatea Film, Societé Cinématographique Lyre).

Arquímedes aparece también en su taller dedicado a sus estudios e inventos, principalmente los espejos, además de ofrecer demostraciones prácticas de sus avances sobre los fluidos y la palanca, incluyendo otra de sus famosas frases: “si tuviéramos un punto de apoyo podríamos levantar incluso el mundo”. Pero las situaciones inventadas en torno a él se suceden y su historia romántica ficticia se retuerce y alarga con un tono bastante folletinesco, por ejemplo incluyendo el personaje ficticio de la princesa Clío (interpretada por Sylva Koscina, una de las musas del péplum) para completar el triángulo amoroso ficticio alrededor del científico. Otra decisión que desvirtúa su figura histórica es que, tras un salto temporal de varios años, aparezca como atribulado cogobernante de Siracusa que ha endurecido su carácter y que ya no dirige sus estudios por razones científicas.

Imagen 6: Captura de pantalla de L’assedio di Siracusa / Archimede (1960, Glomer Film, Galatea Film, Societé Cinématographique Lyre).

El asedio de Siracusa se justifica directamente en relación con el enfrentamiento personal (ficticio) entre el científico y el cónsul romano Marcelo (García Morcillo 2008: 228-229). De hecho, la participación de Arquímedes en la defensa de Siracusa no se produce para salvar la ciudad, sino para salvar a su hijo natural (desconocido para él durante años), que había sido apresado como espía romano y condenado a muerte. En el tramo final del metraje la figura del científico recibe aún mayores dosis de ficción, haciéndole protagonista de un duelo a espada, u obviando su muerte tras la caída de Siracusa a manos de los romanos, mientras que el mismísimo Marcelo es quien da su vida de manera desinteresada para que el griego y su hijo puedan ponerse a salvo, otra pirueta folletinesca realmente osada que peca de incongruente no solo con los hechos históricos, sino incluso con la trama ficticia. En resumen, Arquímedes, que debería haber sido mostrado como un científico convertido en héroe (teórico) al servicio de la defensa (práctica) de su ciudad acaba siendo “degradado” a la categoría de amante despechado y sufridor de múltiples adversidades sentimentales, convirtiéndose en un personaje sombrío y moralmente derrotado que, a su manera, define el fin del mundo griego frente al militarismo romano. A pesar de resultar entretenida y meritoria en lo visual, hay que ver esta película con los “ojos históricos” bien tapados para no irritarse mucho…

 

Científico y ¿héroe histórico-transtemporal?: Indiana Jones y el Dial del Destino (2023).

La última aparición de Arquímedes en la pantalla hasta la fecha actual es bastante inesperada por la película en cuestión: Indiana Jones y el Dial del Destino (Indiana Jones and the Dial of Destiny, dir. James Mangold, 2023). Esta cinta de aventuras, quinta entrega de la ilustre saga del heterodoxo arqueólogo estadounidense, provoca la paradoja de que este y el científico griego aparezcan juntos a pesar de no compartir cronología. Pero ya se sabe… Una película con sesgos fantásticos o sobrenaturales puede hacer posible lo imposible. La presencia de Arquímedes en la película parte de la atribución al mismo del artilugio mencionado en el título, “capaz de alterar el tiempo con un mecanismo ideado por Arquímedes” (Aldarondo 2023: 62). El dial corresponde con el Mecanismo de Anticitera, una especie de calculadora astronómica, efectivamente hallada a principios del siglo XX en la isla griega de Anticitera, pero datada varias décadas después del tiempo del científico, entre 150-100 a.n.e. (Lin & Yan 2016: 45). Se trata del preciado “artefacto número cinco de la franquicia” (Heredero & Quintana 2023), el objeto con poder sobrenatural que centra el argumento de la película, tal como ocurriera en anteriores entregas con el Arca de la Alianza o el Santo Grial (entre otros).

Imagen 7: Captura de pantalla de Indiana Jones and the Dial of Destiny (2023, Walt Disney Pictures, Lucasfilm, Paramount Pictures).

La acción principal, situada en 1969, se centra en la búsqueda de la mitad del dial (Jones ya disponía de la otra mitad) y los vaivenes asociados a ella, llevando a los personajes desde Nueva York, pasando por Tánger y por el mar Egeo, hasta Siracusa. Será precisamente en la cueva siracusana (real) conocida como “Oreja de Dionisio” donde localicen la tumba (ficticia) de Arquímedes, equipada con artilugios que remiten a sus logros (reales) en hidrostática, y donde pueden finalmente reunir el dial completo, además de descubrir indicios anacrónicos (adelantados más de veinte siglos al tiempo del científico) del poder sobre los viajes en el tiempo de este invento (ficticio).

La aparición en persona de Arquímedes tiene lugar después de que los antagonistas de Indy se hagan con el dial completo y lo utilicen para retroceder en el tiempo hasta 1939, aunque un error de cálculo les lleva al año 212 a.n.e., en pleno asedio de Siracusa. El científico aparece primero en su estudio, siendo alertado de que los romanos parecen haber traído dragones (los aviones modernos), lo que llama su atención para salir rápidamente de la ciudad a caballo. Fuera de las murallas se mueve entre los restos del avión nazi, recién derribado por los romanos con sus lanzas al tomarlo igualmente como un dragón (Heredero & Quintana 2023), y allí se hace con un reloj de pulsera y el dial completo.

Imagen 8: Captura de pantalla de Indiana Jones and the Dial of Destiny (2023, Walt Disney Pictures, Lucasfilm, Paramount Pictures).

A continuación tiene lugar el encuentro del siracusano con Indy y su ahijada y compañera de aventuras, Helena “Wombat” Shaw. Esta peculiar escena es otra muestra más del carisma y las capacidades académicas del personaje de Henry Jones Jr., ya que sus estupendas dotes lingüísticas le permiten una comunicación directa en griego clásico con “el gran Arquímedes”, un detalle también aprovechado por Helena con sus propios conocimientos[5]. Al verse en mitad de un conocido hecho histórico Indy expresa su deseo de quedarse allí junto al científico, haciendo honor de una manera radical a su profesión de arqueólogo recién jubilado (y a sus problemas personales en el presente). El dial desvela entonces su poder fantástico y su cometido real, dando sentido a su sobrenombre “del destino”: Arquímedes le dice a Jones que estaba destinado a encontrarse con él, el arqueólogo entiende que había creado el artefacto para pedir ayuda en los momentos críticos del asedio de Siracusa y Helena lo confirma al caracterizar al dial como “una baraja trucada” que solo les llevaría allí, y cuyo cometido habían cumplido con creces al “espantar” a la flota romana. Indiana y el resto de personajes que viajaron desde el siglo XX se convierten así en importantes agentes disruptores que decantan la batalla hacia el lado siracusano, algo que apoyaría (de manera fantástica, evidentemente) la realidad histórica transmitida por las fuentes, aunque la ciudad cayó finalmente en el 212 a.n.e. tras un asedio de dos años.



Imagen 9: Captura de pantalla de Indiana Jones and the Dial of Destiny (2023, Walt Disney Pictures, Lucasfilm, Paramount Pictures).

Incongruencias y suspensión de la incredulidad aparte[6], resulta emocionante ver ese hecho histórico y ese personaje ilustre de la Antigüedad reflejados en un blockbuster espectacular. Pero Arquímedes es desvirtuado y remodelado de manera fantástica para relacionarle con ese artefacto de poderes sobrenaturales que convierte su aparición en una “pirueta temporal” (Heredero & Quintana, 2023) dentro de una cinta llena de ellas.

 

A modo de cierre: ¿continuará?

Una figura histórica de gran importancia y uno de los grandes científicos de la humanidad como Arquímedes no ha llegado a tener un tratamiento demasiado profundo ni decente en la pantalla. Aparece en escasas ocasiones, bien sea de forma bastante fugaz, o bien sufriendo modificaciones que le desvirtúan.

En el caso de una película tan notable como Cabiria no se puede hacer más con tan poco metraje dedicado a él. Sus espejos adquieren tal protagonismo que el científico se convierte (aunque sólo sea por unos minutos) en el héroe salvador de Siracusa. La épica respetuosa hacia lo histórico se servía del científico como un personaje secundario de apoyo y sin manipular que cumplía una función de garante de la verosimilitud y la contextualización de los hechos ficticios que centran el argumento, aunque se obvie la inutilidad final de su victoria sobre la flota romana y no se llegue a mostrar su muerte.

En La batalla de Siracusa el protagonista absoluto es Arquímedes, pero la corrección histórica se tambalea y su labor científica pasa a un segundo plano frente a la enrevesada trama “folletinesca de amores frustrados y paternidades confusas” (De España 2009: 232). El científico no es aquí un apoyo histórico, sino la excusa para crear una película de entretenimiento. Su biografía es modificada de forma exagerada para que vaya encajando en un prototipo de galán y de persona atribulada, y aunque aparecen algunos de sus logros e invenciones, siempre lo hacen fugazmente y al servicio del argumento ficticio.

En Indiana Jones y el Dial del Destino el personaje de Arquímedes se reviste de soluciones fantásticas necesarias para el devenir argumental, ante las cuales hay que dejarse llevar para entrar en su juego. Eso sí, si dejamos lo fantástico a un lado, es de agradecer el recurso en el siglo XXI a la representación audiovisual de una figura tan importante y el cuidado (y no necesariamente corrección) puesto en representar ese episodio de la Segunda Guerra Púnica, que parece apelar a la misma nostalgia que muestra el personaje de Indiana Jones en esta película.

Queda por hacer quizá un biopic respetuoso sobre Arquímedes, que se aproximara al no siempre fácil equilibrio entre verosimilitud histórico-biográfica y el mero entretenimiento. Quién sabe si nuevas películas de trasfondo histórico o fantástico vuelven a recurrir a él. Veremos si “el destino es más poderoso que el tiempo” (Heredero & Quintana 2023) y si vuelve a aparecer algún otro Arquímedes exclamando “¡Eureka!” en una pantalla.

 

Filmografía.

Arquímedes, el vagabundo (Archimède, le clochard; dir. Gilles Grangier, 1959) [Largometraje].

Cabiria (dir. Giovanni Pastrone; Italia, 1914) [Largometraje].

El principio de Arquímedes (dir. Gerardo Herrero, 2004) [Largometraje].

Érase una vez… los inventores (Il était une fois... les découvreurs; creador, Albert Barillé, 1994) [Serie].

Indiana Jones y el Dial del Destino (Indiana Jones and the Dial of Destiny; dir. James Mangold, 2023) [Largometraje].

La batalla de Siracusa (L’assedio di Siracusa/Archimede; dir. Pietro Francisci, 1960) [Largometraje].

Los viajes de Gulliver (Gulliver’s Travels; dir. Charles Sturridge, 1996) [Serie].

Merlín el encantador (The Sword in the Stone; dir. Wolfgang Reitherman, 1963) [Largometraje].

Monty Python’s Fliegender Zirkus (dir. Ian MacNaughton, 1972) [Serie].

Pi, fe en el caos (Pi; dir. Darren Aronofsky, 1998) [Largometraje].

The Great War of Archimedes (Arukimedesu no taisen; dir. Takashi Yamazaki, 2019) [Largometraje].

 

Bibliografía.

Aldarondo, R. (2023). “Indiana Jones y el Dial del Destino. El tiempo recobrado”. Dirigido por… nº 540, pp. 60-63.

Connolly, P. (2016). La guerra en Grecia y Roma. Madrid, Desperta Ferro.

Dávila Vargas-Machuca M. (2011). “Cabiria (G. Pastrone, 1914), una visión colosal de la Segunda Guerra Púnica”. Metakinema. Revista de Cine e Historia, nº 9. Disponible en Internet [consulta: 2024-10-30]: http://www.metakinema.es/metakineman9s1a1_Miguel_Davila_Cabiria_Pastrone.html

Dávila Vargas-Machuca M. (2015). “El cine épico italiano mudo, un temprano espejo de la Historia Antigua”. En Salvador Ventura, F. (ed.) Cine e Historia(s). Maneras de relatar el pasado con imágenes. Paris, Université Paris-Sud, pp. 53-75.

Dávila Vargas-Machuca M. (2017). La proyección de las Guerras Púnicas en el cine italiano del primer Novecento: Cabiria (1914) y Scipione l’Africano (1937) [Tesis doctoral]. Granada, Universidad de Granada. Disponible en Internet [consulta 2024-10-30]: http://hdl.handle.net/10481/47971

Dávila Vargas-Machuca M. (2018). “Segundo de Chomón, un artesano al servicio de la ciencia cinematográfica en Cabiria (Giovanni Pastrone, 1914). En Image et Science. Actes du XIe Congrès International du GRIMH. Lyon, 15-16-17 novembre 2018. Hommage à Aurelio de los Reyes. Lyon, Le GRIMH, pp. 81-89.

Dávila Vargas-Machuca M. (2020). “El género histórico como impulsor del cine italiano del Primo Novecento”. Ñawi: arte diseño comunicación, Vol. 4, nº 2 (julio 2020), pp. 183-206. Disponible en Internet [consulta: 2024-10-30]: www.doi.org/10.37785/nw.v4n2.a11

De España, R. (2009). La pantalla épica. Los héroes de la Antigüedad vistos por el Cine. Madrid, T & B Editores.

García Morcillo, M. (2008). “Graecia capta? Depictions of Greeks and Hellas in Roman films”. En Berti, I. & García Morcillo, M. (eds.), Hellas on screen. Cinematic receptions of Ancient History, Literature and Myth, Franz Steiner Verlag, Stuttgart, 219-235.

Heredero, C.F. & Quintana, A. (2023). “Indiana Jones y el Dial del Destino (James Mangold). Cannes 2023 – Fuera de competición”. Caimán cuadernos de cine, Blog (19 de mayo de 2023). Disponible en Internet [consulta: 2024-10-11]: https://www.caimanediciones.es/indiana-jones-y-el-dial-del-destino-james-mangold-cannes-2023-fuera-de-competicion/

Lapeña Marchena, O. (2012a). “Pietro Francisci y el Péplum”. En Salvador Ventura, F. (ed.), Cine y autor. Reflexiones sobre la teoría y la praxis de creadores fílmicos. Santa Cruz de Tenerife, Intramar Ediciones, pp. 59-77.

Lapeña Marchena, O. (2012b). Sword-and-Sandal Movie Guide. Roma, Profondo Rosso.

Lin, J.-L. & Yan, H.-S. (2016). Decoding the Mechanisms of Antikythera Astronomical Device. Berlin, Heidelberg, Springer.

Plutarco (2006). Vidas paralelas. Tomo III: Coriolano-Alcibíades; Paulo Emilio-Timoleón; Pelópidas-Marcelo. Madrid, Gredos.

Polibio (2000). Historias. Libros V-XV. Madrid, Gredos.

Prieto Arciniega, A. (2004). La Antigüedad filmada. Madrid, Ediciones Clásicas.

Solomon, J. (2002). Peplum. El mundo antiguo en el cine. Madrid, Alianza Editorial.

Tito Livio (1992). Historia de Roma. La Segunda Guerra Púnica. Tomo I: Libros 21-25. Madrid, Alianza Editorial.

 



[1] Las fuentes históricas principales sobre la participación de Arquímedes en el asedio de Siracusa son Polibio (Historias, VIII, 5-7), Tito Livio (Historia de Roma, XXIV, 34) y Plutarco (Vidas paralelas: Marcelo, XIV-XVII).

[2] Una reflexión similar aparece en el largometraje de animación japonés El viento se levanta (Kaze tachinu, Hayao Miyazaki, 2013), cuando el ingeniero aeronáutico Giovanni Battista Caproni le dice al protagonista, Jiro Horikoshi: “Los aviones no son una herramienta para la guerra ni un negocio para ganar dinero. Los aviones son hermosos sueños, y los ingenieros hacemos realidad esos sueños”.

[3]Este mismo sketch, renombrado “International Philosophy”, fue utilizado para amenizar los intermedios de sus espectáculos en vivo, quedando recogido en la grabación en directo Monty Python Live at the Hollywood Bowl (1982).

[4] No se distingue entre Federal y Democrática, separadas por entonces. Y como ilustre excepción se incluye en su alineación la “sorpresa” del futbolista real coetáneo Franz Beckenbauer.

[5] Resulta inevitable pensar en la relación del propio nombre de esta mujer con el mundo helénico.

[6] Por ejemplo, el error de cálculo de los nazis con el dial es relacionado por Indy con la deriva continental, una teoría desarrollada muchos siglos después de Arquímedes… Repetimos: suspensión de la incredulidad (histórico-temporal) en esta película y en toda la saga a la que pertenece.