ENTREVISTA

Pablo García Casado: "Necesitamos palabras que, mezcladas entre sí, digan más allá de las palabras"



María Gago.

Hablamos con el poeta Pablo García Casado, autor de las obras Las Afueras (DVD Ediciones, 1997), El mapa de América (DVD Ediciones, 2001), Dinero (DVD Ediciones, 2007), García (Visor, 2015), La cámara te quiere (Visor, 2019) y la novela La madre del futbolista (Visor, 2022). En 2013, la prestigiosa editorial Visor editó su poesía completa hasta la fecha.

García Casado (Córdoba, 1972) es uno de los escritores más destacados del panorama poético actual, referente de las Letras españolas y personaje clave en la vida cultural de su ciudad natal, donde destaca su labor en la Filmoteca de Andalucía.







¿Cuándo y cómo sintió por primera vez la vocación literaria?

 

En casa de mis padres hay una buena librería con una mezcla de clásicos y contemporáneos que para un adolescente de finales de los 80 ya ofrecían un escape, la posibilidad de respuestas, otras miradas. Pero ya desde el inicio cundió en mí la insatisfacción de no encontrar un discurso o un relato propio. Hay algo de eso en la escritura, el deseo de escribir aquello te gustaría haber encontrado en un libro.



¿Quiénes son sus referentes literarios y, en general, culturales?

 

Yo le debo a Fernando Pessoa que me sacara del pozo del yo. Que me atreviera a salir de mí, a poder escribir otras voces, mirar otros puntos de vista. Salir del confesionalismo pobre en el que a veces se enmaraña el poeta. Pero a ello también incorporé de manera muy natural toda la cultura contemporánea, el cine, sobre todo, pero también la música, la pintura, y entendí que todo ello debía manchar mi escritura. En esos años -y creo que aún ahora- reivindicaba a La Canción de Juan Perro, de Radio Futura, como uno de los mejores libros de poesía de los años 80. No es que la tradición literaria castellana, con la que yo había crecido y me había nutrido -los clásicos, el 27, los surrealistas, los Novísimos o la Generación del 50- no me interesaran, es que no me bastaban.





"Le debo a Fernando Pessoa que me sacara del pozo del yo. Que me atreviera a salir de mí, a poder escribir otras voces, mirar otros puntos de vista"





Su poesía, ¿a dónde lleva al lector?

 

No lo sé, pero sí creo saber a qué lugar quiero llegar con él: al terreno de la emoción, de mostrarle un lugar donde reconocerse y que pueda habitar. Si el lector no entra en el poema, si no se produce esa química, alguien no estará haciendo su trabajo. Y en ese caso, probablemente sea yo.



Después de la publicación de Las Afueras, en 1997, su obra comenzó a contar con bastante repercusión, siendo considerado uno de los poetas jóvenes más prometedores del cambio de siglo. ¿Se sintió presionado por ello?

 

Es verdad. Me abrumó un poco. Los periódicos llamaban casi a diario, entrevistas, viajes. Pero tenía dos cosas muy importantes: un entorno familiar y afectivo que ponía las cosas en su sitio y un editor como Sergio Gaspar que me trató más que como un autor como a un hijo.



¿Sigue la poesía joven actual? ¿Qué poeta de los llamados Millenials recomendaría?

 

Sí, la sigo. En la poesía actual hay poetas jóvenes muy buenos. Han leído mucho y mejor que nosotros, no tienen fronteras y ya se alumbra que vendrá una generación excelente. La expectativa es alta sobre ellos porque desde muy pronto han demostrado una ambición estética, un deseo de ir más allá. No daré nombres para no generar expectativas ni presión sobre ellos, y por no dejarme a ninguno. Pero lo que viene, insisto, es serio. 



Es usted uno de los poetas españoles actuales más importantes. En ese “Olimpo” podríamos incluir también nombres como los de Felipe Benítez Reyes, Raquel Lanseros o Luis García Montero, entre otros. Llama la atención el importante porcentaje de poetas andaluces (no sólo en la actualidad), ¿es casual, meramente estadístico, o hay alguna explicación sociológica que se me escapa?

 

Me has citado tres poetas cuya obra conozco y admiro, y creo que el sentimiento es mutuo. Yo he tenido la oportunidad de publicar mi poesía en DVD Ediciones y en Visor Poesía, y eso ha dado a mi obra una visibilidad y difusión, dentro de lo que es este mundo, claro. Y me siento muy agradecido por ello. Y es verdad, como dices, que en Andalucía la poesía siempre ha tenido un peso especial, pero no tengo una respuesta clara sobre los porqués. No creo que un andaluz tenga menos capacidad para las palabras o para la emoción que un turolense. Desconfío de las identidades colectivas.



En García encontramos poemas en los que, como en el resto de su obra, destaca la cotidianeidad. Pero, además, nos aporta una visión muy interesante e íntima de los diferentes “yo” que cada ser humano posee: somos hijos, padres, poetas… Este componente filosófico, en una poesía ya de por sí muy personal, ¿surge como consecuencia de la paternidad? ¿Cree que tener hijos nos dota de una capacidad diferente de estar, ser y reconocernos?

 

Hay mucho de descubrimiento de la paternidad, pero también en el sentido de entender mucho mejor a mis padres. Es estar en ese lugar un poco intermedio, ser padre y ser hijo. Es verdad que tener hijos te puede ofrecer una perspectiva distinta de las cosas, pero tampoco niego esa capacidad a quien no haya sido padre o madre.


 


"La poesía y los poetas deben estar en el mundo, participar de la actualidad, porque si no es así estamos condenados a la irrelevancia"





Acabamos de salir de una pandemia mundial, los populismos y las fake news están presentes en medios y en la calle, los efectos del cambio climático son cada vez más evidentes, la cultura es censurada… En medio de este paisaje casi apocalíptico, ¿qué papel debe jugar la poesía?

 

Bueno, si miramos la historia de la humanidad no parece que esta época sea menos apocalíptica que cualquier otra. Y también ahora, como en época de Homero, necesitamos que nos narren, nos sugieran, nos canten. Necesitamos palabras que, mezcladas entre sí, digan más allá de las palabras. Pero para ello, la poesía y los poetas deben estar en el mundo, participar de la actualidad, porque si no es así, en un mundo de tantísimos estímulos, estamos condenados a la irrelevancia.



En su obra La cámara te quiere nos acerca a la cotidianeidad de las actrices porno, humanizándolas y despojándolas de atributos cosificadores. No obstante, no emite usted juicios de valor sobre qué opinión le merece la industria y sus trabajadoras. ¿Hay un propósito feminista en estos poemas?

 

Yo creo en un lector inteligente. Debo presentar el poema, de la mejor manera posible, y permitir su posicionamiento. Tengo mi discurso y mi opinión, que seguramente queda patente en los poemas, pero un poemario no debe ser, a mi entender, ni una guía moral ni un panfleto.



Su poesía se caracteriza, entre otras cosas, por ser muy visual, ¿qué influencia tiene el cine en este sentido?

 

Toda. Mi vida sin el cine no sería vida.



Como creador de historias, ¿qué opina sobre el tipo de cine actual? ¿Prefiere el clásico?

 

En las nuevas narrativas del cine o de las series hay propuestas fascinantes, demoledoras, que van a cambiar el cine que vendrá. Y soy ferviente del cine clásico, porque una vez que vuelves sobre ellas rebosan actualidad.



 

¿A qué director consideraría un poeta?

 

Stanley Kubrick, John Ford, Víctor Erice, Sydney Lumet, Martin Scorsese, Truffaut, Hitchcock, Nicholas Ray, Federico Fellini, Fritz Lang, Billy Wilder, Woody Allen, Pedro Almodóvar, David Simon… ¿Sigo?




La prosa siempre ha estado muy ligada a su obra poética, ¿escribir una novela como La madre del futbolista era la evolución lógica en su carrera? ¿Se ha sentido cómodo durante el proceso? Debe ser muy diferente escribir poesía y novela…

 

No sé si era una lógica, pero creo que era el soporte necesario para la historia que quería contar. Me he sentido muy cómodo y he aprendido algunas cosas, y me ha permitido demostrarme que sí puedo. Y ha sido una experiencia estupenda.



 Para terminar, permítame que, como a todas las personas a las que entrevistamos, le pida que nos recomiende un libro, un disco y una película.

 

PELÍCULA. Recomendaría ver Oppenheimer, por supuesto, tres horas de disfrute, pero si quieren ver algún clásico pueden ver o volver a ver La Soga, de Alfred Hitchcock.

LIBRO. Para este verano recomendaría llevar la poesía de Joan Margarit.

DISCO. Epitaph, de Moriarty, estaría muy bien.