Ant Timpson. Foto: Web Sitges Festival.
¿Quién no ha creído alguna vez en mitos o leyendas? ¿qué adulto no ha deseado volver a creer en aquellas criaturas fantásticas que nos fascinaban de niños? Con su película Bookworm, el cineasta neozelandés Ant Timpson (Ven con papá, 2019) nos invita a reconectar con esa parte de nosotros mismos que aún ansía el misterio y la aventura, esa misma que se escondía detrás de cuentos de monstruos y seres sobrenaturales. Tras su proyección en el marco de la 57ª edición del Festival Internacional de Cinema de Catalunya en Sitges, tuvimos la suerte de entrevistar a su director con el que desentrañamos los misterios de Bookworm, sus miedos personales y cómo, aun siendo adultos, podemos dejarnos cautivar por la fantasía y la imaginación.
“Organizamos sesiones de lecturas a través de Zoom para ver la química entre Elijah Wood y Nell Fisher. Pude ver que se complementaban bien y que la dinámica entre ambos funcionaría perfectamente”
¿Qué fue lo que le fascinó de la leyenda sobre la Pantera de Canterbury para convertirla en el centro de su película? ¿Considera que esta historia mítica refleja aspectos únicos de la cultura neozelandesa?
Fui un niño de la década de 1970, y como muchos de esa época, crecí cautivado por leyendas y mitos urbanos. La posibilidad de que existieran criaturas misteriosas como Bigfoot me fascinaban. Recuerdo estar convencido de que en cualquier momento las arenas movedizas me engullirían mientras jugaba en la naturaleza. Esta nostalgia me llevó a querer rendir homenaje a todas esas experiencias. Como Nueva Zelanda no posee ninguna mitología de Bigfoot, decidimos adoptar una leyenda local de la región donde se desarrolla la película. La pantera de Canterbury es algo muy real para muchos neozelandeses y existen múltiples reportes de avistamientos que mantienen viva la historia hasta hoy.
¿Investigó las historias locales y los testimonios de los habitantes antes de escribir el guion? Si es así, ¿qué le sorprendió de esas historias?
Sí, realicé una investigación y compartí la información con Toby, el guionista. Al tratarse de un mito, tuvimos la libertad creativa para reinterpretarlo a nuestra manera. Durante el proceso, conocí a varios lugareños de la región que afirmaban haber tenido encuentros con panteras y sus historias parecían muy creíbles. Me sorprendió el hecho de que esa gente estaba en sus cabales: eran agricultores y trabajadores de la zona, sin ninguna razón para mentir o exagerar.
¿De qué manera sus experiencias personales, inquietudes o temores han influido en la narrativa de Bookworm?
El temor a la paternidad y la incapacidad de actuar con determinación en momentos de crisis fue para mí la inspiración para la película. Es esencial para mí tener una conexión personal con la historia que deseo contar, o de lo contrario, el proceso se convierte en arduo. En este caso, la chispa que encendió mi inspiración fue una experiencia desastrosa durante unas vacaciones familiares que terminaron en sangre y gritos. Cuando debía dar un paso al frente, entré en pánico y tuve que llamar a los servicios de emergencia para que vinieran a rescatarnos. Esto fue muy frustrante y, a la vez, lo sentí como una gran fuente inesperada de comedia negra. De ahí surgió ese miedo singular y, junto a Toby, trabajamos la historia de dos bichos raros, padre e hija, obligados a unirse para superar presiones y peligros externos en un marco salvaje.
¿Cómo se llevó a cabo la selección de los actores y actrices para la película?
La historia fue concebida con Elijah Wood en mente, así que habría sido todo un revés si él hubiera rechazado el papel. No imagino a nadie más interpretando un personaje tan único. Para el papel de Mildred, sin embargo, recorrí un largo proceso de audición con 300 niñas hasta encontrar a Nell Fisher, quien resultó ser excepcional. Finalmente, organizamos sesiones de lecturas a través de Zoom para ver la química entre ellos y pude ver que se complementaban bien y que la dinámica entre ambos funcionaría perfectamente.
La película presenta la estructura y apariencia formal de la narrativa de iniciación en la que niños o adolescentes emprenden un paso más hacia la madurez. Sin embargo, en este caso, parece ser el padre quien madura en el viaje. Nos parece una idea interesante, ¿cómo surgió?
En realidad, la película se presenta como una historia de crecimiento personal en la que los roles se invierten. Pensamos que sería interesante poner juntos en ese viaje una mente de adulto en el cuerpo de un niño y la mente de un niño en un cuerpo de adulto. A lo largo de la trama ambos personajes evolucionan y se acercan a medida que eliminan las fachadas que han construido. Finalmente, despojamos a ambos de las barreras, revelando sus emociones más profundas y auténticas.
Fotograma de Bookworm.
¿Qué papel juega el entorno o la ambientación en la historia de Bookworm?
El entorno es, sin duda, uno de los protagonistas principales de la narración. Quería que el paisaje tuviera un peso emocional tan significativo como el de nuestros personajes, por lo que dedicar tiempo a escoger las locaciones adecuadas fue crucial. Estos emplazamientos debían evocar lo que buscaba transmitir y, en gran parte, también respondían a motivos personales y nostálgicos. Era vital lograr la sensación de un viaje auténtico en la naturaleza, que no se percibiera como una simple mezcla de sets y escenarios dispersos.
¿Cuáles fueron los principales obstáculos que enfrentó durante la filmación de la película?
Rodar en horas limitadas para niños, trabajar con animales vivos y filmar en entornos naturales: son los tres grandes NO de la cinematografía y nosotros los hicimos todos. Así que fue todo un desafío: solo filmar y acomodar al equipo en áreas remotas siempre es complicado; además, no saber si el clima sería soleado o nevado al día siguiente fue aterrador. Una pesadilla logística. ¡Pero todos nos unimos ante las dificultades!
“Quería que el paisaje tuviera un peso emocional tan significativo como el de nuestros personajes”
Tras sumergirse en el entorno que se cree que es el hábitat de la pantera, ¿le parece que esta criatura realmente existe o ha existido alguna vez?
Creo firmemente que la pantera que se observa en la actualidad es descendiente de una original de mediados del siglo XX, la cual se ha cruzado con grandes gatos domésticos asilvestrados.
¿Ha habido reacciones o interés especial por parte de la comunidad de Canterbury o del público neozelandés en general hacia esta película?
Por supuesto, la comunidad y la gente del sur nos han brindado un apoyo increíble; además elaboraron un pastel con forma de pantera para nosotros que ha estado a la venta. Durante su estancia en Nueva Zelanda, Elijah disfrutó de muchos pasteles de carne.
“Todos deberíamos seguir soñando con la misma libertad e inocencia de cuando éramos niños”
¿Le gustaría que Bookworm ayude a revitalizar el interés por las leyendas?
Sí, por supuesto.
¿Qué espera que los espectadores lleven consigo tras ver la película?
Todos deberíamos seguir soñando con la misma libertad e inocencia de cuando éramos niños. No permitamos que esos sueños se desvanezcan, porque la vida se vuelve complicada a medida que crecemos. Aferrémonos a esos recuerdos de cuando éramos unos jóvenes despreocupados. Y para estos últimos, ¡no les hagáis pasar un mal rato a vuestros padres!
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